"El fútbol se ha convertido en un circo que se está descontrolando"
Javi Poves, futbolista antisistema, rescinde su contrato con el Sporting de Gijón y se retira con 24 años
Fútbol | 08/08/2011 - 00:19h
Hace unos días, Javi Poves rescindió su contrato con el Sporting de Gijón. El jugador madrileño, que sólo disputó diez minutos la temporada pasada en Primera División, termina su compromiso con el club asturiano y con el fútbol. Ha decidido colgar las botas a los 24 años al no sentirse motivado para seguir ejerciendo una profesión con la que no se siente identificado. El futbolista, que dejó de cobrar por transferencia bancaria al no querer utilizar un banco, considera que el fútbol es “dinero y corrupción”. “En definitiva, es capitalismo, y el capitalismo es muerte.”
Ha rescindido el contrato que le unía al Sporting por una temporada más. ¿Por qué ha decidido retirarse?
De hecho fue el club quien me ofreció la rescisión del contrato. Desde hace semanas me lo olía. Yo acepté ya que hacía mucho tiempo que se me pasaba por la cabeza dejar el fútbol. El Sporting no contaba conmigo y esto, junto a las pocas ganas que tenía de seguir jugando, hizo decidirme.
¿Definitivamente no quiere vivir del fútbol?
No, va en contra de mi forma de vida, de mi manera de pensar y en contra de mis ideales. Ya sea en Primera, Segunda o Segunda B me da igual, no quiero seguir. No me gusta lo que es el fútbol hoy en día, un circo. Además, el futbolista está demasiado valorado en nuestra sociedad cuando no debería ser así. Otras personas que lo merecen mucho más ni tan siquiera se las nombra. Es un conjunto de circunstancias las que me han hecho tomar esta decisión. Hacía tiempo que me lo estaba planteando y después de meditarlo, la rescisión de contrato me ha hecho decidir que éste era un camino que debía abandonar.
¿La escasa participación en el equipo durante la temporada ha reforzado su decisión de abandonar los terrenos de juego?
Mi participación ha sido escasa porqué tenía que ser escasa. Como dijo Valdano: “el fútbol es un estado de ánimo”. Un jugador que pierde su ambición por jugar y no cree en lo que está haciendo, o es muy bueno para poder seguir jugando con desgana o esto se le nota en el rendimiento deportivo. Yo no estaba motivado. Pese a estar comprometido con el equipo, creo que podía haber jugado mucho mejor y haber entrenado con más intensidad. Cuando uno no cree en sí mismo, algo falta y esto en el fútbol es importante. Estaba descentrado, te planteas el tipo de vida y no me sentía bien sabiendo que la gente se está muriendo por ahí.
¿Cuándo empezó a ser consciente de que el fútbol no era realmente lo que creía?
Empecé a “abrir los ojos” cuando un compañero del Sporting B me dijo que nos tienen engañados con el tema de la comida. Nos están envenenando con la cantidad de colorantes y pesticidas que llevan los productos que tomamos y estos nos hacen enfermar. Obviamente hay varios motivos que hacen enfermar, y éste ayuda. No me refiero solamente al fast food, sino que cualquier producto que se compra en el supermercado está el 99% infectado.
¿Y eso originó su cambio de mentalidad?
Fue a partir de este punto cuando empecé a plantearme un montón de cosas. Por qué nos envenenan, por qué nos hacen enfermar, así como cosas más a nivel mundial como los autoatentados del 11S, los atentados del 11M… El objetivo que tienen es dividir a la sociedad. Vivimos en una gran mentira. Por esto empecé a investigar, a tener inquietudes.
Pese al compañerismo que pueda haber dentro del vestuario también está latente la competencia, una de las características principales del capitalismo. ¿Cómo lo llevaba?
A mí me faltaba ese punto competitivo porque estoy en contra de la competencia cuando es mucho mejor cooperar. Con mis compañeros me llevo estupendamente. Me sorprendió mucho el vestuario del Sporting de Gijón. Dentro de la competitividad que existe en el equipo, fuera te pueden echar una mano. Aunque no sé como son otros, creo que éste es uno de los vestuarios más sanos que hay. Rompe completamente con el tópico de que el futbolista solamente piensa en sí mismo.
La competencia es algo muy presente en cualquier ámbito…
Desde que somos muy pequeños se nos trata como carne y nuestro valor está por definir. Cuando eres mayor, estás acostumbrado a ese egoísmo competitivo. Luego llegas a una edad y es muy difícil cambiar lo que tienes establecido. Apuestan por tí y si ven que no sirves te apartan. Te acostumbras a ese trato como si fuera algo natural. El problema es cuando la apariencia se convierte en la verdad mundial.
¿Ve alguna solución posible para mejorar la situación actual del deporte?
Habrá un día en que sufrirá un revés. Esto se ha convertido en un circo que se está descontrolando, sobre todo en el mundo del fútbol. Aunque no sé cuándo, tendrá que sufrir un severo cambio para poder sobrevivir, sino el futuro del fútbol es incierto.
¿Se considera un futbolista ‘indignado’?
No, porqué no comparto muchas cosas sobre el 15-M. Fui a informarme en la plaza Mayor de Gijón para saber qué exponían. Este movimiento podía crear cosas peligrosas para el sistema, pero ha sido canalizado y controlado para convertirlo en algo inofensivo. No sé en qué punto está el tema ahora, pero no me interesa demasiado. Las propuestas siguen siendo las mismas, al igual que las instituciones que las apoyan desde atrás. Aun así, la parte positiva es que la gente de este movimiento han abierto algo los ojos.
¿Políticamente como se definiría?
En cuanto a ideología no me englobaría en ninguna. Hay cosas que me gustan de algunas, pero otras no. Esto me pasa con el anarquismo, el comunismo e incluso el nacionalsocialismo, donde hay puntos que la gente no sabe y también debería conocer. A lo mejor me equivocaré pero es lo que siento ahora. La historia tiene muchas vertientes y las escuelas nos enseñan como verdades absolutas cosas que podrían ser cuestionables. No me siento representado por ningún partido político porque todos van en la misma dirección, la explotación del mundo. Mientras la gente siga aceptando el sistema que existe como algo inamovible será muy difícil cambiar, pero espero que tarde o temprano esto acabe, no sé si será mejor o peor, pero seguro que cambiará.
Ahora que ha terminado su etapa como futbolista, ¿cuáles son sus planes de futuro?
De momento empiezo Historia en la UNED .Mucha gente me recrimina que si soy revolucionario tendría que donar todo el dinero que he ganado. Ese dinero, por muy revolucionario que sea, lo necesito para vivir, necesito un sitio donde pasar el invierno, ¿no? Que en Madrid hace frío (risas). Algún día también me gustaría tener un hijo. Además, con este dinero tengo proyectos en mente.
¿Más enfocado en algo humanitario?
Sí, pero no quiero donarlo. Quiero encabezar un proyecto yo o que lo haga gente de mi confianza, sin intermediaciones porque luego el dinero no llega donde debería llegar. Primero tengo que informarme más ya que no puedo regalar el dinero. Tengo la oportunidad de hacer cosas y me gustaría aprovecharlo; debo reencontrarme a mí mismo.